La exfoliación de la piel es una parte muy importante de tu rutina de belleza para eliminar las células muertas e impurezas y así, lucir una piel radiante y bonita.
La exfoliación no es un tratamiento que debas hacerte a diario, ya que si no conseguirás secar y escamar tu piel. Lo recomendable es, que te la hagas tu misma, en la ducha, cada semana o 15 días, aunque también podrás acudir a un centro de belleza especializado. Si eres constante, en poco días observarás como tu piel cambia, luce espléndida y sin imperfecciones.
¿CUÁLES SON LOS BENEFICIOS DE EXFOLIAR TU PIEL?
Sé que a veces, no tenemos tanto tiempo para cuidar nuestro cuerpo, pero la exfoliación es beneficiosa por varios motivos:
– Limpia, purifica y tonifica tu cuerpo
– Renueva las células
– Activa la micro-circulación
– Combate a la celulitis y la antiestética piel de naranja
– Evita que el vello se te enquiste
– Regula la piel grasa
– Elimina la sequedad en tu piel
¿CÓMO EXFOLIAR TU PIEL CORRECTAMENTE?
En el mercado podemos encontrar todo tipo de exfoliantes según la necesidad de cada piel y que son una excelente opción para limpiar y purificar la piel, eliminando cualquier impureza.
La correcta aplicación del exfoliante se hace con la ayuda de una esponja, aunque también puedes aplicar directamente el producto con tus manos.
Para empezar, aplica una moderada cantidad de producto y suavemente ,masajea sobre la piel húmeda, ¡no lo hagas con la piel seca!
Cuando ya hayas extendido el producto por todo tu cuerpo, incidiendo en las zonas más conflictivas como los codos o las rodillas, enjuaga y seca tu piel cuidadosamente.
Para finalizar con la exfoliación, aplica una crema hidratante o aceite corporal por todo tu cuerpo.
¿Y PARA EXFOLIAR TU ROSTRO?
Si también quieres exfoliar tu rostro, debes tener en cuenta que es una piel más delicada y por ello, deberás tener más cuidado y utilizar productos específicos para rostro.
El procedimiento es igual de sencillo. Extiende sobre la palma de tu mano una pequeña cantidad de producto y masajea por todo el rostro, evitando la zona de los ojos y los labios. A continuación, retira el producto con abundante agua, seca tu piel y aplica una crema hidratante adecuada y un contorno de ojos especifico.
En pocos minutos mostrarás una piel suave y lisa. ¡Siéntela renovada y fresca!